Como bien es sabido, la desigualdad entre hombres y mujeres es un hecho existente desde hace tiempos inmemorables y se ha podido apreciar en diferentes ámbitos, ya sean en el ámbito laboral, en la moralidad de la sociedad, en los roles de género, etc. Si echamos un vistazo hace dos siglos atrás, en el periodo de la revolución industrial, podremos apreciar de que estas diferencias eran muy marcadas, sobre todo cuando se trataba de roles de género y trabajo. Resulta insólito que aún en el siglo XXI, nuestra sociedad actual,sigan existiendo este tipo de diferencias, cuando se supone que después de todo el tiempo transcurrido la sociedad se ha abierto de pensamiento, cuando se supone que deberíamos vivir en un mundo de respeto y tolerancia,cuando se supone que se ha logrado ver mas allá de las diferencias y se ha abierto paso a la igualdad. Así se evidencia que todavía vivimos en una sociedad machista, y si bien se ha mejorado la condición de la mujer comparada con la de este tiempo, aún no se ha logrado la igualdad en su totalidad, a pesar de todas las luchas que las mujeres dieron en el pasado para conseguirla
En el siguiente blog se analizaran y denunciaran estas diferencias que tenían lugar en ese periodo y que se siguen manteniendo hasta el día de hoy
industria textil

La revolución industrial trajo cambios radicales en muchos aspectos, como en la economía, ya que esta creció exponencialmente debido al gran aumento en la producción, se mejorò la calidad de vida de las personas gracias a los avances tecnológicos de la época y a que habían mas recursos para cubrir las necesidades básicas de la población, trajo muchas oportunidades de trabajo, pues había una alta demanda de mano de obra en las fabricas. Pero como todo lo bueno, esta también tuvo aspectos negativos, como por ejemplo las precarias condiciones laborales que debían padecer los trabajadores, además dada la mentalidad machista de esos años, provoco que las mujeres resultaran aun mas perjudicadas que los hombres y se comenzaran a destacar las diferencias entre hombres y mujeres. Estas desigualdades se fundamentaron en condiciones biológicas que sostienen que las mujer es quien da a luz y amamanta a sus crías, así en base a esto se establecieron los roles de género en sociedad que indicaban que la mujer debía dedicarse a el cuidado de los hijos y labores domésticas mientras que el hombre se dedica a la vida pública y el sustento económico de la familia. Como fue mencionado anteriormente, la revolución industrial trajo muchas oportunidades de trabajo por la alta demanda de mano de obra en las fabricas, y esta posibilidad también se abriò para las mujeres, pero en vez de ser visto como algo positivo, era visto como un problema, se decía que el que la mujer trabajara dificultaría el cumplimiento de sus labores domésticas y también reproductivas, debido a la fuerza que se requiere para trabajar en las fabricas. Aparecieron muchas opiniones e ideas de intelectuales de aquella época que apoyaban esta visión como Simón (1860) quien señalaba que "una mujer que se convierte en trabajadora,ya no es una mujer" o también Fourier quien dice "que la división del trabajo sea llevada al grado supremo a fin de aficionar a sexo y cada edad a las funciones mas adecuadas", se pensaba que las mujeres tenían mas éxito en labores domésticas y familiares, que solo deberían trabajar breves periodos de tiempo para luego dejar el trabajo, casarse y tener hijos, y solo volver en tiempos de crisis cuando el hombre no pudiera sostener a la familia económicamente por su cuenta, cuestionándose si la mujer debía trabajar por remuneración. Además, se pensaba que la mujer solo podría estar destinada ciertos tipos de trabajo, como en la industria textilera y el servicio doméstico, lo que conllevo a que el mayor porcentaje de la fuerza femenina se concentrara en estos rubros. La inserción de mujer al trabajo fue un hecho bastante tortuoso, pues debían cubrir jornadas de trabajo casi dobles a las de los hombres, eran jornadas de 13 o 14 exhaustivas horas de trabajo en las fábricas para luego llegar a sus hogares y cumplir las tareas domésticas, sumándole a esto el hecho de que se les daban sueldos miserables que no alcanzaban para cubrir sus necesidades básicas, pues el aporte económico de las mujeres era visto como algo complementario al sustento traído por los hombres, y por ser visto como elemento complementario se les pagaba con la mitad de lo que ganaba el hombre, como si el sueldo de los hombres no fuera ya lo suficientemente bajo.
En la sociedad actual, la situación de la mujer ha mejorado bastante desde ese entonces, pues hoy en día la gran mayoría de la población femenina, poseen un trabajo y este puede desarrollarse en todas las àreas, a diferencia del siglo XIX donde las mujeres solo podían trabajar en la industria textilera, agrícola y en el servicio doméstico. Se han creado leyes que defienden los derechos de las mujeres, cosa que hubiera sido impensado durante la revolución industrial. se redujeron las horas de trabajo en general para hombres y mujeres, pero la mujer ya no necesariamente tiene que llegar a su hogar a cumplir labores domésticas, dado que estas ahora son compartidas entre hombres y mujeres, al menos en la mayoría de los casos. Se ha aumentado el pago que reciben en general todos los trabajadores, y en comparación de hace dos siglos, las mujeres ganan mucho mas de la mitad del sueldo que ganan los hombres, pues el aporte de la mujer ya no es visto como algo complementario, sino como un pilar mas para sostener a la familia. Sin embargo, la discriminación aún sigue presente, pues en el siglo XXI, es mas difícil para una mujer encontrar trabajo, de lo que lo es para un hombre, pues estas son discriminadas por su condición biológica que esta ligada a la maternidad, dado que cuando una mujer se embaraza, se ausenta en su trabajo por un periodo largo de tiempo, y por ello las empresas prefieren contratar hombres. Si bien se han aumentado los sueldos de todos los trabajadores, la remuneración que reciben las mujeres siguen siendo mas bajos que la que reciben los hombres, aún cuando estos ejercen los mismos trabajos.
Como se puede apreciar, la lucha de las mujeres por la igualdad ha ido dando resultados lentamente con el paso de los años, pero incluso después de dos siglos, el machismo no ha sido eliminado por completo, y mientras no se consiga esto, aùn no habremos crecido como sociedad.
Referencias bibliográficas:
Ballarìn P, Birriel M, Martinez C, Ortìz T (1996) Las mujeres en la unión de Europa
Scott J.W (2005) La mujer trabajadora
Contreras E.M(2014) Las condiciones laborales de los obreros en el siglo XIX
Velèz A (2017) Estudios de la mujer Blog de Anarella Vèlez
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